Suelos, usos y recursos

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Los suelos existentes en el entorno de Alba de Tormes podrían clasificarse en 3 grupos según la clasificación de suelos de la FAO: Leptosoles, Luvisoles y Fluvisoles. Los primeros son los que se sitúan en la zona pizarrosa, los segundos en la zona de terrazas de arenas y gravas arcósicas y los últimos en de la vega y la ribera del Tormes. Los Leptosoles se caracterizan por ser suelos poco evolucionados donde la roca madre está próxima a la superficie. En la zona de Alba es posible localizar mayoritariamente los llamados Leptosoles dístricos. Los Luvisoles districos y cromicos son suelos evolucionados aptos para las labores agrícolas y abundan en el este. Los fluvisoles apenas evolucionados son ocupados espontáneamente por la vegetación de ribera hacia el sur.

USOS Y RECURSOS

Las Dehesas y pastos

En las áreas de pizarras la potencia del suelo es baja y la pendiente elevada y por lo tanto son áreas de escaso aprovechamiento agrícola predominando el uso del suelo como pasto, dehesa o erial. Como ejemplos característicos de estas tipologías destacaríamos el área próxima a Palomares, al Bucarón, o a la Ermita de Otero respectivamente. Los pastos y dehesas de uso ganadero ocupan gran parte del territorio al oeste y constituyen un eje económico fundamental en el aprovechamiento de los recursos naturales de la zona de forma sostenible. Excepcionalmente cuando la pendiente no es excesiva sobre las pizarras se ha formado un horizonte arable donde los terrenos agrícolas de cereal o forraje, no excesivamente productivos, hacen acto de presencia. Un ejemplo son los que existen en los límites con el término de Terradillos en dirección a Salamanca. Los adehesamientos de encina han constituido hasta la actualidad un importante recurso para la obtención de leña y elaboración de carbón vegetal. Las tareas de desmoche, aclareo y oliveo tan necesarios para el mantenimiento de una densidad adecuada de pies de encina en la dehesa, generan una importante cantidad de biomasa muy útil como combustible. Estas formaciones junto con los rodales de bosque no adehesado son también un importante yacimiento de recursos naturales tales como la bellota o los recursos micológicos. Ya es suficientemente conocido que la bellota es uno de los recursos más demandados para la montanera del cerdo ibérico, uso muy extendido en todo el campo charro y extremeño. Los recursos micológicos son quizás el gran desconocido de nuestras formaciones forestales y pastizales pudiendo convertirse en un potencial recurso endógeno que puede contribuir al micoturismo o a la obtención de hongos desde el punto de vista comercial.

Los recursos líticos

El casco urbano desde su origen se encuentra ubicado sobre una colina de pizarras cercanas al curso fluvial, aspecto por otra parte lógico, además de por el carácter estratégico, por ser el terreno menos productivo desde le punto de vista agrícola. Los primitivos habitantes de la villa debieron evaluar todos estos aspectos para una mayor eficacia en su manutención y defensa.
El sustrato de pizarra ha influido enormemente en aspectos etnográficos y de arquitectura tradicional en el núcleo urbano. Así observamos como la gran mayoría de construcciones anteriores al tercer cuarto del siglo XX utilizan como principal material de mampostería en sus muros la pizarra, destacando la Torre del Homenaje del s. XVI (Castillo). Los restos de muralla prácticamente en su integridad están conformados con este material de construcción. Los yacimientos más característicos en el caso de esta roca como material de construcción se situaban en la zona oeste y norte del término municipal, aprovechamiento ahora en desuso.
Los conglomerados de la zona noroccidental de término municipal también se han utilizado como material de construcción en diversos edificios históricos de la villa como el puente sobre el Tormes, el Castillo y los muros exteriores del pórtico de la iglesia de San Juan. Otro ejemplo de recurso es el árido denominado pizarrilla utilizado como materia prima en la elaboración de la arcilla de la artesanía alfarera local, y obtenido a partir de materiales resultado de la erosión de la pizarra. La arcilla roja, otro aditivo, también está presente pero en los terrenos descritos a continuación.

Recursos agrícolas de secano y de regadío

En los terrenos de arenas y gravas arcósicas, donde los suelos tienen cierta madurez, el cereal de secano (cebada, avena y trigo) es el cultivo dominante. Aunque en los últimos años se han incorporado otros cultivos de secano innovadores en la zona como la colza. La agricultura de secano ha sido y es uno de los pilares del desarrollo económico de la zona.
Pero mucho más productivo desde el punto de vista económico es el uso de la vega y la ribera para la agricultura de regadío. Estas zonas de ambiente ripario poseen una alta fertilidad y son localizados allí los cultivos intensivos de maíz, remolacha, alfalfa, etc. Son los terrenos donde se sitúan también las explotaciones forestales de chopo así como las huertas. No hemos de olvidar que en estas áreas de vega también existió y existe aún puntualmente el uso como pasto. El caso más conocido es el de La Dehesa que hasta los años 90 del siglo XX tuvo este régimen de aprovechamiento ganadero.

Otros recursos de la ribera del Tormes

La presencia de áridos como las gravas y las arenas convirtió al entorno de la vega del Tormes y sus afluentes en un objetivo para las empresas de extracción, que a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI con el auge de la construcción, han explotado los yacimientos del subsuelo. Son acciones de fuerte impacto ambiental pero que, con las debidas mediadas correctoras, dan lugar a la aparición de ambientes palustres de origen artificial de enorme interés ambiental para la pesca deportiva y refugio de fauna acuática.
El caudal del río y la calidad de sus aguas han sido el reclamo para que se instalen en la zona explotaciones piscícolas que ocupan parte del suelo de ribera. Estas actividades poseen un apreciable impacto en el ecosistema en cuanto a los obstáculos que generan en el flujo migratorio de los peces, el desvío de caudal del cauce natural, generación de detritus favorecedor de la eutrofización, fuga de especies alóctonas invasoras, etc. Sin embargo una producción de recursos piscícolas de forma sostenible y respetuosa con el medio amiente con las debidas medias correctoras, puede ser un importante medio de desarrollo endógeno de la economía local.
El caudal del río Tormes a su paso por la zona ofreció en el siglo XX la posibilidad de la construcción de presas y azudes para la producción eléctrica y el regadío. Tales son los casos de la conocida presa de Santa Teresa aguas arriba de Alba de Tormes, y el Azud de Villagonzalo aguas abajo. Este tipo de infraestructuras proporcionaron una oportunidad de desarrollo a la comarca tanto durante su ejecución como durante su posterior aprovechamiento hidroeléctrico y agrícola. No obstante es conveniente saber que este desarrollo se cobró un tributo ambiental. La interrupción del cauce con los obstáculos que suponen las presas hizo que se cortaran de forma definitiva los flujos migratorios de las especies de ictiofauna anadromas y catadromas. Ello supuso la desaparición de especies autóctonas de forma paulatina que en su momento constituían un importante recurso para la población. Como podemos ver en el apartado de hidrología la irregularidad del caudal que existió antaño, y al que estaban adaptadas la gran mayoría de especies a lo largo de milenios, desapareció. Hoy en día afortunadamente existe la adecuada tecnología y medidas correctoras como para reducir este tipo de impactos en las presas y minicentrales de nueva construcción, no obstante siempre existirá un impacto que estará presente.
Las islas existentes en el cauce del río son por ultimo la porción de territorio que nos falta por analizar. En la antigüedad fueron aprovechadas como apoyo y barrera natural en la construcción de presas para las numerosas aceñas de la villa. Hoy en día los restos de las pesqueras hechas con pizarras se confunden con los depósitos aluviales más recientes convirtiéndose en lugares de enorme interés ambiental. Estas zonas soportan una importante área de vegetación de ribera y sirven de refugio de fauna.

Recursos ecoturísticos

Bajo un punto de vista ambiental y social, un uso a añadir en todas las zonas (con especial interés puesto en el área ribereña) es la utilización de estos espacios como escenarios de actividades lúdicas, de educación, deportivas y de ocio.
En este sentido tiene especial interés el uso como áreas aptas para la educación ambiental, el micoturismo, la interpretación del paisaje, la observación de flora y fauna, la pesca deportiva, acciones que ponen en valor gran variedad de recursos presentes en el entorno. Algunas actividades concretas a destacar serían: Parapenting (frecuentemente practicada en la mesa del Carpio), Aulas de Naturaleza, Itinerarios ecológicos, Senderismo, Observación ornitológica, Recolección de hongos, Campeonatos de pesca, etc.

     

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